miércoles, 20 de mayo de 2020

Reseña - "El juego del ángel", Carlos Ruiz Zafón

Planeta
2008
667 págs
- Novela

  “En la turbulenta Barcelona de los años 20 un joven escritor obsesionado con un amor imposible recibe la oferta de un misterioso editor para escribir un libro como no ha existido nunca, a cambio de una fortuna y, tal vez, mucho más.

  Con estilo deslumbrante e impecable precisión narrativa, el autor de "La Sombra del Viento" nos transporta de nuevo a la Barcelona de El Cementerio de los Libros Olvidados para ofrecernos una aventura de intriga, romance y tragedia, a través de un laberinto de secretos donde en embrujo de los libros, la pasión y la amistad se conjugan en un relato magistral.”

  “Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela, su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.”

  David Martín es un joven trabajador de La Voz de la Industria cuyo verdadero deseo es convertirse en escritor de novelas, más allá de las columnas de sucesos con las que apenas sobrevive. Tras una serie de relatos policíacos y de misterio desarrollados en Barcelona publicados bajo un pseudónimo, la primera novela que publica con su verdadero nombre no tiene el éxito esperado. Desanimado por este fracaso y por la pérdida de su amor de juventud a manos de otro hombre, David se encuentra algo perdido. Por suerte, Isabella, su nueva ayudante a la que acepta a regañadientes, trae algo de luz y orden a su vida. No obstante, poco después recibe una oferta de un editor llamado Andreas Corelli, que le propone trabajar juntos durante un año en un libro bastante especial a cambio de una gran suma de dinero. Cuando David acepta la oferta, todo parece mejorar en su vida, hasta que una serie de sucesos trágicos empiezan a suceder en su entorno, poniéndolo en el punto de mira del inspector Víctor Grandes. Mientras David intenta descubrir qué está pasando a su alrededor y, sobre todo, qué le está pasando a él, la verdadera historia acerca del encargo de Corelli y del antiguo habitante de la casa de David Martín van saliendo a la luz, al igual que los entramados hilos que unen ambas y que marcan el destino de David sin apenas él darse cuenta.

  Esta novela nos coloca unos 20 años antes de lo que acontece en “La Sombra del Viento”, en una Barcelona oscura, gris, en la que las diferencias entre las clases eran abismales y la suerte corría del lado del mejor postor. De nuevo vemos la estructura típica de Zafón, pero en este caso la sensación que tengo es que es algo menos consistente. Tenemos una historia principal, la de David Martín, y una historia secundaria que él poco a poco desentraña, pero en este caso creo que esta historia secundaria tiene menos fuerza que en otras novelas de Zafón. El peso que tiene sobre la historia de David es importante, como ya estamos acostumbrados a ver, pero siento que es algo simple, menos profunda que otras. Siento como si no estuviera del todo desarrollada, como si faltara algo.

  La estructura de la novela se nos presenta en tres partes, o actos, como los llama Zafón, en los que se nos va planteando la historia poco a poco. A mi parecer, esta división “divide” (valga la redundancia) demasiado la historia, le resta algo de continuidad, pero no por ello la estropea. La lectura es algo más compleja, y hacia el final se me hace un tanto confusa: hay escenas en las que algunos diálogos resultan algo liosos, y a veces no sabes quién está de parte de quién, quién sufre algún tipo de enfermedad mental o qué verdad es la auténtica, la que ha sucedido. Quizá en algunos momentos se me hace algo pesado por estos motivos, pero no por ello desmerece la lectura ni hace que no se disfrute.

  En esta historia volvemos a encontrar personajes que ya habíamos visto en “La Sombra del Viento”: Barceló, el señor Sempere (que en este caso nos llega como Sempere hijo, pues la acción sucede años antes), y algunos otros que hacen pequeñas apariciones conforme leemos. Uno de los personajes que más destacan, sin entrar demasiado en detalles, es Isabella. Creo que es de mis personajes favoritos de esta saga: es una joven despierta, lista, sin pelos en la lengua y que llena las páginas, uno de esos personajes que te hacen pensar que solo por ellos merece la pena la lectura. Andreas Corelli no se escapa tampoco de estar entre los personajes destacados. Si echamos la vista atrás, podremos recordar que ya apareció un Andreas Corelli en “Las Luces de Septiembre”, cuya misión era conceder deseos a cambio de que aquel que deseara le entregase su alma. Quizá eso ya nos daba pistas de quién era en realidad el señor Corelli, pero en esta novela nos lo deja más que claro; no hay más que prestar atención a algunos comentarios y bromas que hace sobre sí mismo, y uno es capaz de darse cuenta de con quién está tratando. David Martín es un personaje que va encajando la vida como va pudiendo, intentando hacer lo que más quiere en el mundo y sobreviviendo a los palos que se va llevando como mejor sabe. Del resto de personaje no hablaré mucho, sólo diré que Pedo Vidal y Cristina no me gustan nada, no entiendo sus motivaciones sin sentido y los motivos por los que hacen lo que hacen, especialmente Cristina. Víctor Grandes me parece un buen personaje, pero para nada está a la altura del inspector Fumero, en absoluto.

  Hay quien vendía esta novela como una continuación de “La Sombra del Viento”, y no es así. Ambas son novelas auto conclusivas dentro de una misma saga, por lo que pueden leerse por separado sin ningún problema. Además, los sucesos de “La Sombra del Viento” tienen lugar una veintena de años más tarde que los de “El Juego del Ángel”, por lo que, en todo caso, podríamos calificar a esta última como precuela de la anterior.

  En general, y siempre desde mi punto de vista, esta novela me parece algo más floja, no por falta de historia o complejidad en la trama, si no quizá por exceso de ella. Todo se vuelve algo confuso cuando uno termina de leer la novela, no se terminan de aclarar algunas cosas, y no terminas de saber si alguno de los personajes sufre alguna enfermedad mental o realmente está viviendo todo lo que se cuenta. Hay detalles que te invitan a pensar ambas cosas, por lo que nunca se termina de tener claro qué es lo que está pasando, y quizá por eso se hace todo algo confuso y difícil de entender. No obstante, recomiendo mucho su lectura, es una novela que disfruto mucho y que siempre me hace darle vuelta a la cabeza y elaborar teorías sobre todo aquello que no queda claro del todo.

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