domingo, 7 de junio de 2020

Reseña - "El laberinto de los espíritus", Carlos Ruiz Zafón

- Planeta 
- 2016
- 925 págs
- Novela

  “En la Barcelona de finales de los años 50, Daniel Sempere ya no es aquel niño que descubrió un libro que habría de cambiarle la vida entre los pasadizos del Cementerio de los Libros Olvidados. El misterio de la muerte de su madre Isabella ha abierto un abismo en su alma del que su esposa Bea y su amigo Fermín intentan salvarle.

  Justo cuando Daniel cree que está a un paso de resolver el enigma, una conjura mucho más profunda y oscura de lo que nunca podría haber imaginado despliega su red desde las entrañas del Régimen. Es entonces cuando aparece Alicia Gris, un alma nacida de las sombras de la guerra, para conducirlos al corazón de las tinieblas y desvelar la historia secreta de la familia... aunque a un terrible precio.”

  Después de los acontecimientos de “El prisionero del cielo” y de lo que Fermín le desveló a Daniel, la sombra que se instaló en su interior no ha dejado de crecer. La vida que él creía perfecta empieza a desmoronarse poco a poco, y empieza a cuestionar todo lo que ha creído desde siempre, mientras que sus seres queridos ven cómo va cambiando poco a poco, como se vuelve más sombrío. Así mismo, tras la extraña desaparición del ministro Valls, se pondrá en marcha un mecanismo que sacudirá la vida de todos los personajes que conocemos, a la vez que se descubrirá un oscuro secreto guardado durante décadas por el gobierno. Esta desaparición pondrá en escena a Alicia Gris, que, junto con el capitán Vargas, se hará cargo del caso. Alicia, una mujer fría, seria, y totalmente desapegada de todo, al menos en apariencia, se revelará como una vieja conocida de Fermín. Poco a poco, la relación entre unos y otros se va estrechando más, de igual manera que se va estrechando el cerco a uno de los secretos más escabrosos del país, que afectó a muchas familias durante muchos años, y del que aún hoy se muestran secuelas. A su vez, otro secreto se irá abriendo paso hasta Daniel, un secreto guardado en un cuaderno, el viejo cuaderno de su madre, Isabella.  

  En esta última entrega de la saga del Cementerio de los Libros Olvidados, volvemos a tener a Daniel como hilo conductor de la historia, aunque en este caso la narración se alterna entre varios personajes, siendo, junto con Daniel, Mauricio Valls y Alicia Gris los más destacados. De Mauricio ya conocemos algo gracias a la novela anterior, pero Alicia Gris llega como un soplo de aire fresco para la historia y convirtiéndose en uno de los personajes más carismáticos de la historia, al menos en mi opinión. Alicia brilla en la novela, y es uno de los personajes que nos llevan y nos guían a lo largo de la historia. Su fuerte personalidad y su carácter lo invaden todo, junto con esa frivolidad con la que trata de enmascararse a sí misma y a pesar de la cual vemos que se trata de alguien tan humano como los demás. Su historia personal acaba por completar el bloque que forman todas las historias y las tramas de la saga, terminando de dar sentido a cosas que conocemos desde el primer momento.

  Como ya he comentado, esta novela es la que enlaza todas las tramas de las tres anteriores, el clímax de la narración, y donde acaban encontrándose todos los personajes y sus historias. Andamos en esta ocasión entre Madrid y Barcelona, cambiando tanto de localización como de trama a la vez que avanzamos en el tiempo, pero con una manera de contar las cosas que nos hace verdaderamente fácil seguir y entender los acontecimientos que van sucediendo. Vemos a un Daniel que va redescubriendo su historia y la de su familia, a la vez que Alicia Gris y su compañero Vargas investigan la desaparición del ministro Valls. La historia va complicándose conforme avanza, trazando caminos ocultos y complicados que ponen al descubierto un vergonzoso escándalo de amplias dimensiones que tiene lugar en la España de la posguerra.

  A pesar de que parte de la historia se desarrolla en Madrid, la protagonista vuelve a ser Barcelona. Volvemos a ella, a sentir su embrujo, sus calles, sus cielos, sus paisajes y su encanto, aquella magia que está presente desde el primer libro. Madrid, en contraposición, se nos presenta con esa rectitud y formalidad de la que es capital del país, más fría, más formal, más institucional. En ambos escenarios se mueven las distintas historias que abarca esta novela, y que se entrelazan una y otra vez dando lugar a un verdadero laberinto en el que acabamos inmersos.

   Nos encontramos si duda ante la novela más compleja de Zafón, pero esa complejidad no dificulta para nada su lectura, está todo perfectamente narrado, perfectamente contado e hilado, tanto el presente como las partes en las que nos aparecen recuerdos del pasado. Creo que la novela da un muy buen final a la saga. Volvemos a pasear por las calles de una Barcelona embrujada, volvemos a encontrarnos con viejos conocidos y conocemos a nuevos personajes carismáticos que nos conducen y guían a través de la historia, y volvemos a reencontrarnos con la magia de la literatura, ya que de eso trata principalmente esta saga, de rendirle honor a la magia de la literatura.

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